
Hace 2 semanas mi compañera Ainhoa me comento la idea para escribir este post. La posibilidad de recordar mis aventuras a pie de fábrica y las experiencias al otro lado, ahora que trabajo en Safe, me prometían un artículo emocionante, así que agarre mi infusión y me conecte a Perplexity para juntar la información necesaria para un he aprendido algo nuevo, mañana lo reviso en el curro.
Tras un par de intentos, me quede un poco frío: gran parte de los artículos y documentos enumeran riesgos, pero sin unos datos claros de por qué tenemos que darle más importancia a unos riesgos que a otros. Por un lado es lógico; se llaman invisibles por algo, un fenómeno parecido a cuando se pretende medir el tamaño de la economía sumergida o el comercio de ciertas sustancias (tema que resurgirá en este artículo). Sea como sea, si queremos que esta lectura nos sea útil, necesitamos unos números de brocha gorda para poder valorar y priorizar que riesgos y soluciones nos afectan más, así que, tras MUCHAS horas filtrando más de 50 publicaciones, papers, y documentos del Estado, podemos tener una visión global de cómo el sector aborda este problema. ¡Vamos allá!
Al grano: ¿de qué riesgos invisibles se habla más?

Hemos ido sumando una a una cada vez que alguno de los artículos que os adjuntamos en el documento de referencias, citaba un riesgo oculto, y los hemos representado en esta gráfica, de mayor a menor, viendo así cuáles preocupan más a los expertos. Pero no nos quedemos solo con el número, y vamos a buscar una explicación a los más importantes:
- Riesgos ocultos relacionados con la ergonomía y cargas: movimientos inadecuados que nunca se advierten, vibraciones de maquinaria excesiva que solo conoce que la usa, y cuando sea viejo se traduzca en una lesión crónica. ¿Sorprendidos? Yo tampoco. En casi un tercio de los artículos las acciones de este tipo que pasan desapercibidas son las que más atención acaparan. Por un lado, muchos de vosotros ya conoceréis la OSHA , que destaca este tipo de riesgos como alguno de los más importantes. Si necesitamos más pruebas, solo tenemos que irnos al boletín del Estado, y vemos como las caídas, malos movimientos y cargas son los principales factores de accidentes.

Si le unes el factor económico, ya que las bajas provocadas por estas acciones, se suman al absentismo y falta de mano de obra actual, se forma un combo que merece nuestra atención.
- Estrés y cansancio: ¡Booom! Reconozco que no me esperaba tal cantidad de referencias, siguiendo muy de cerca al principal factor. Tiene sentido, puesto que cualquier tarea se ve afectada por ellos, y condiciones de riesgo que exijan una elevada precisión sin margen de error o distracciones, puede llegar a ser el elemento fundamental. Muy interesante el punto de este artículo, donde se señala que los sesgos a la hora de valorar unos riesgos sobre otros hace que este factor quede un poco tapado.

- Formación insuficiente: si me lo permitís, este factor lo vamos a analizar junto a otros que suelen ir de la mano: mala comunicación, planes de prevención deficientes y una cultura empresarial inadecuada. La mayoría de los artículos los agrupan juntos, y no es casualidad: en muchos casos están escritos por empresas que trabajan en estos ámbitos, lo cual, aunque puede sesgar un poco la perspectiva, también aporta experiencia directa desde el terreno. Ahora bien, vayamos a lo básico: realizar una evaluación de riesgos laborales es obligatorio en España. Aun así, más de un tercio de los accidentes suceden en empresas que no la tienen hecha. ¿Cómo puede ser? Pues este dato, por sí solo, ya nos dice mucho: la falta de recursos o de voluntad para invertir en prevención puede acabar en accidente. Muchas veces simplemente porque nadie se siente realmente incentivado hasta que es demasiado tarde.
Precisamente, los incentivos dentro de la cultura empresarial son clave. Volviendo de una ruta con un amigo, me comentaba la cantidad de accidentes leves en planta que no se registraban para evitar complicaciones administrativas o penalizaciones de la seguridad social, lo que invisibiliza totalmente los efectos de nuestros actos (esto da para un artículo aparte, pero podemos recordar la clásica y controvertida pirámide de riesgos). Esto lo podemos ver todos en algún conocido que sea autónomo. Viendo que “se ponen malos” 20 veces menos que su contrapartida asalariada, nos queda claro que sí, que la cultura puede tapar muchas fuentes de riesgo.

- Falta de limpieza, orden, y ruidos del entorno: de nuevo relacionado con la OSHA, con una relación evidente en, por ejemplo, caídas, por aceites, o impactos, por ambientes con poca luz o ruido, que enmascara la maquinaria; y por no hablar de las lesiones auditivas, que como en el primer caso de la lista, con los años deviene en lesiones a veces irreparables 🙁
- Acoso y violencia: una cifra muy considerable, y que además termina inevitablemente en el estrés que hemos comentado. La verdad es que asusta, pero tiene todo el sentido. Desgraciadamente, he tenido conocidos que han vivido este tipo de situaciones, y cuesta entender como alguien no puede reflexionar el doble riesgo al que somete al compañero, y como esto se puede ir de las manos. Lo que más rabia da es que en ocasiones esta situación de riesgo se oculta porque la solución directa, que es tras varias amonestaciones, despedir al empleado que acosa a sus compañeros, no se ejecuta, ya sea por el coste o por relaciones personales, y ver como la víctima se tiene que abandonar la empresa para evitar desgracias.
Sorpresas
No es mi intención que mi vida pese más que todos los artículos que podemos comprobar aquí, ¿pero no echáis en falta riesgos ocultos importantes? Yo sí, y aunque me confunda, creo que son tan comunes que merecen mención.
- Consumo de alcohol y otras sustancias: llamadme loco, pero no entiendo porque no aparece. He tenido la suerte de entrar a centrales nucleares, donde antes que energía, siempre se dice que lo primero que se vende es seguridad. ¿Y qué tenemos a la entrada de la central? Un control de sustancias. No digo que vayamos a poner esto en cada centro de trabajo, pero que un compañero llego a ver como un operario le hacía un brindis a su nuevo jefe cuando le dijo que no se podía tomar esa cerveza en el puesto. ¿Cómo te quedas?
- Alta velocidad o falta de mantenimiento In itinere: para el que lo desconozca, es cuando sufres un accidente rumbo a tu puesto laboral, y se recoge dentro de accidentes laborales, aunque sea tu coche. Como podéis ver en los datos de la UGT, tienen una frecuencia excesiva para lo poco que se comenta. ¿Quizá este caso y el anterior, se citan menos porque las acciones son más complejas? Lo que tengo claro es que la formación y concienciación son claves, algo que ya veíamos relacionado con la cultura y comunicación en el anterior capítulo.

- Temperaturas extremas: aún recuerdo la insensatez que cometí, yendo con un compañero a mi cargo, a trabajar a más de 40º al sol, durante 8 horas (no puedo decir que fueron más), durante la sequía. ¿Qué ocurre cuando nos tomamos esto a la ligera? Accidentes como este de hace unas semanas, que ha salido en todos los periódicos, nos tiene que recordar que la temperatura es un factor de riesgo vital: en el calor afecta a la deshidratación, y en el frío al entumecimiento con herramientas. ¡¿Cómo es que se cita solo una vez?! ¡No, no y no!
- Uso del móvil y fumar en el puesto de trabajo: en parte me niego a llamarle oculto, porque lo vemos todos los días, a pesar de que la gente lo esconde. Pero sobre todo el uso del móvil, veo que afecta a todo: in Itinerae, durante el uso de maquinaria y herramienta, estar atendiendo la llamada y no ver una fosa donde uno cae. Que no sea el primero me trae fe en las personas, pero que no aparezca, cuando repito, todos lo vemos, es de traca. Y va a ir a más.
¿Y para qué quiero saber todo esto?
¿Te han sorprendido algunos puntos del artículo? ¿Echas en falta otros? Lo que hemos aprendido hoy, debería ayudarnos a seguir acercando nuestros protocolos y acciones a una seguridad real, demostrando a nuestros compañeros que nuestra preocupación por su seguridad es sincera (vamos a tope por su bienestar), y seguimos reduciendo el impacto de los accidentes, lesiones, y miedos en el trabajo, con el impacto humano y económico que implica.
Te dejo aquí abajo un documento con las fuentes que hemos analizado, y sobre todo, te animo a que escribas en los comentarios que riesgos ocultos ves en tu día a día. Mejoremos juntos 🙂